martes, 8 de julio de 2008

Una noche de verano

No tenia pensado postear hoy, pero lo voy a hacer por dos razones: la primera es obligarme a que no pase demasiado tiempo desde mi primer "post", para que este blog no sea uno más de los que mueren recién nacidos. Y la de verdad, es que ahora que rapidshare no tiene límite, el porno tarda más en bajar, así que es, en cierto modo, una manera de perder el tiempo, en esta noche estival.

Voy a escribir como cuando envío un mail: no cuidare para nada la gramática, la sintaxis, los símbolos de puntuación y ni siquiera la coherencia. Mañana, me saltaré mi propia norma a medias y lo retocaré desde el curro, eso si sin pasarme de pulcritud, y sin retocar demasiado para no perder el espíritu, todo esto claro, si el tiempo me lo permite.

La verdad es que en esta actualización iba a iniciar o más bien retomar las vivencias de Bartolín, que ya aparecía en el niño sandwhich, pero tengo pendiente tener una foto que acompañe a ese minirelato, como haré a partir de ahora.

Esto no es gracioso ni atípico, pero es algo que bien podría haberle sucedido a jotados hoy mismo.

Jotados había comenzado a ir de vez en cuando a las piscinas para nadar, ver tías en tetas y ponerse un poco moreno quitándose ese color amarillento que se pone a la gente de ciudad tras el largo invierno a la luz de un monitor.

Esta vez, había decidido iniciar un recorrido por diversas piscinas de las que ,googleando, había leído una reseña explicativa en una vieja guía de El País acerca de las piscinas madrileñas, hoy tocaba una archiconocida: Lago en la casa de campo.

Era bien conocido para jotados que esa piscina era ciertos días del año nudista, y todos sabrán qué significa que algo sea nudista solo a veces: Nabos, Nabos, nabos y alguna gorda mirando nabos. Por ello, tras asegurarse que eso solo sucedía algunos sábados de cada mes, jotados cogió su hatillo con flores, y emulando (por eso del hatillo florido) al viajero aventurero y follador por antonomasia, emprendió el rumbo hacia Lago en bicicleta metro.

Al llegar, la primera gran decepción: no hay tanto césped como esperaba, hay bastantes sudamericanas de mal ver, y el vestuario es tercermundista: no hay taquillas. Esto último y el aspecto del que vigila el ropero, le hace desconfiar de dejar nada de valor en la percha con la ropa, por tanto, a cargar con la mochila.

Más adelante jotados apreció como algunas chica desconfía hasta el punto de llevarse toda su ropa en la mochila, y no dejar ni las bragas en el ropero: aunque claro, bien pensado, seguro que si en el vestuario femenino recoge la ropa un tío, de nombre Bartolín, se dedicaría a rebuscar entre las perchas en pos de unas bragas que oler de alguna señorita de buen ver.

A jotados le gusta conocer donde está, así que lo primero que hace es dar una vuelta de reconocimiento, por la piscina y zonas verdes, ve alguna teta con aspecto de ser del Este pero poco más, sin embargo se da cuenta de que en google maps se veían dos piscinas más y decide buscar la otra subir unas escalerillas tras unos fornidos italianos.



Cuando hace cumbre, tiene una visión que no tiene nada que envidiar al sueño mas húmedo de doblev: y no no se refiere a que la piscina infantil está prácticamente vacía, sin casi ni un niño dando el coñazo, sino a otra cosa distinta: frente a él al otro lado de la piscina, solo se veían decenas y decenas de jóvenes y musculosos efebos, producto de horas y horas de gimnasio, y de sesiones interminables al sol, todos juntos como una playa de levante en un domingo de Agosto. Jotados se queda parado allí con su mochila de floripondios y cara de gilipollas, intentando ver si en esa piscina había alguna teta femenina que mirar: alguna había, pero contadas con los dedos de la mano y bien camufladas entre las cabezas afeitadas de sus amigos.

Completamente turbado y pensando que esto merece una historia, jotados decide que pese a que esa piscina esta mas vacía (en la parte del agua), allí solo puede ver a alguna madre que este con los niños en la piscina de al lado, y emprende la marcha de regreso hacia la parte baja, encuentra un huequecito en un trozo de verde inclinado y se queda ahí, al poco tiempo se le sienta en las proximidades otro chico, que también ha subido y bajado; esta blanco o lívido, no se bien, porque además permanece en la sombra largo rato y que intenta ver lo mismo que jotados.

En realidad, jotados está confuso e intenta pensar qué haría él si fuera una tía: Sin duda ponerse arriba a tomar el sol, así por un lado se aseguraría de no tener cerca tanto mirón, y por otro vería cuerpos atléticos y bronceados en braga naútica en lugar de barrigas blancas y peludas o kilos de celulitis. Eso le lleva a confirmar una vez más sus sospechas de que a las mujeres las encanta sentirse observadas, y más si es por otras mujeres.

Por fin, una diosa interrumpe ese pensamiento turbador, se sienta delante de jotados y alegra sus pulsiones voyeuristicas: aunque no se quite nada...

Nos hubiera encantado documentar este post con una foto de esto, de cualquiera de las dos cosas, pero las gafas de sol con cámara incorporada aun son muy caras.... asi que habra que acudir al amigo google de nuevo.

4 comentarios:

W dijo...

Jojo, a quién se le ocurre ir a la piscina de Lago, donde la Fallera (una marica bipolar valenciana) vivió tórridos episodios que después relataba con bastante gracia.
En cuanto a mis fantasías sexuales has de saber que tienen que ver con otros asuntos más oscuros y arraigados; como Pilar, soy completamente homófobo y una piscina abarrotada de maricas en braga náutica me parece la antesala del infierno.

W dijo...

Aclaración: QUE NADIE PIENSE QUE MIS FANTASÍAS TIENEN NADA QUE VER CON PILAR.
Quería decir que soy homófobo como ella. Aunque claro, yo me lo puedo permitir porque sé bien de lo que hablo.

J2.0 dijo...

Haces bien en aclararlo ya te tomaba por un ser malvado y pervertido que ve en ella algo distinto de un mero impulso reproductivo, pero cachodo no me pongas nombres que luego me lo leen por una casualidad de la vida y....

Jincaman dijo...

LOLazo.
Javicho, se impone la adquisición de una minicámara de fotos.