Sin duda la mejor hora que encontraba Bartolín para llevar carne, no necesariamente fresca, a su casa, eran las que siguen a las 4 de la mañana.
Cuando los garitos han alcanzado hace ya rato, su pico de aforo, y la curva de gente guapa empieza a descender a ritmo logarítmico, Bartolín encuentra su momento.
Solo quedan tres tipos de mujeres, sin varón enganchado a sus caderas: las borrachas, las feas, y las que han follado en los retretes y vuelven de nuevo a la pista. Es el momento en que Bartolín pilla con una probabilidad mayor, o al menos, eso es lo que el cree, en realidad lo normal es que el sea el objeto indirecto.
Los días que no hay suerte, siempre puede ir a un bar de los que no cierran, a cargarse en algún taxista putero (valga la redundancia) y cabrón.
Me van a perdonar la brevedad y el malgastar una nueva idea, en un post tan rácano, pero madrugar en estos días me da dolor de cabeza y me pone un pelín más de mala hostia, por estar aun de resaca
Verbena.
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Anoche fui a un concierto en la Plaza Mayor. Martirio con la Sinfónica de
Madrid. Desde que estuve en México tengo debilidad por la música en la
plaza del ...
Hace 6 años